Entretenimiento

La triste historia de Keiko, la orca que qué fue estrella del cine y prisionera en la vida real 

A pesar de que el cetáceo llegó a la fama mundial por su participación en la película “Liberen a Willy”, Keiko no tuvo un final feliz.

A pesar de que en el siglo pasado la orca de nacionalidad islandesa Keiko conoció las mieles de la fama, tras su participación en la película “Liberen a Willy”, de 1993, su vida no fue nada placentera, pues vivía prisionera en una alberca.

Todo comenzó en 1979, cuando Keiko fue capturada en la bahía de Klettsvik en Vestmannaeyjar,Islandia y llevada hasta Canadá cuando tenía tan sólo dos años de edad aproximadamente.

Debido a su corta edad y de acuerdo con los expertos, Keiko aún dependía de su madre para sobrevivir y aún se encontraba aprendiendo el dialecto y hábitos de la especie.

Cabe señalar, que las orcas viven en grupos y se comunican entre sí, para lo cual requieren de la socialización temprana y constante, algo que le fue arrebatado a la futura estrella de cine.

Recomendados

Tras su captura, fue vendida al acuario islandés de Saedyrasfnid, donde permaneció tres años junto a otras orcas, para dos años más tarde ser trasladada al parque de Marineland de Ontario, Canadá donde fue entrenada.

Ya en el continente americano, Keiko comenzó a tener infecciones de piel y su aleta dorsal sufrió algunos daños por la falta de movilidad por el pequeño espacio en el que permanecía.

Pero fue hasta 1985 que el cetáceo viajó a México para ser vendida al parque de diversiones “Reino Aventura”, hoy en día “Six Flags México”.

En esa ocasión se cerró la circulación de una de las avenidas principales de la Ciudad de México, el viaducto Miguel Alemán para que Keiko fuera transportada desde el aeropuerto en tan sólo 15 minutos.

Ya en México, Keiko era alimentado con 120 kilogramos de pescado diarios, tomaba vitaminas, tenía cuatro entrenadores, un velador y ocho personas extras a su cargo.

Como era natural, la orca siguió creciendo y el estanque fue insuficiente, por lo que Ken Balcom, director del Centro para la Investigación de las Ballenas del estado de Washington, intentó comprar a Keiko para reintegrarse a su hábitat, pero “Reino Aventura” rechazó la oferta.

A pesar de las condiciones en las que vivía la orca, en 1987 a sus nueve años de edad participó en el final de la telenovela “Quinceañera”, protagonizada por Adela Noriega Y Thalía.

Poco a poco la fama de Keiko creció, se lanzaron dos discos interpretados por Lucero con temas relativos al cetáceo macho.

En 1990 hizo la película “Keiko en peligro”; en 1996, tuvo un papel nuevamente en la telenovela “Azul”; sin embargo, se catapulto a la fama internacional con “Liberen a Willy” (Free Willy), en 1993, y debido al éxito se grabaron dos secuelas con Keiko.

A raíz del filme, distintos medios internacionales iniciaron luchas para liberar a la orca macho que vivía en un estante de menos de 40 metros cuadrados en el parque de diversiones en la Ciudad México.

Y de hecho, en 1994 sus propios entrenadores se unieron a los activistas, ya que Keiko presentaba infecciones dérmicas y de aleta, sus dientes estaban dañados debido a las mordeduras que realizaba a las orillas de la piscina, y presentaba ansiedad patológica.

Ese mismo año surgió la “Fundación para Liberar a Willy–Keiko”, creada por sus entrenadores en asociación con la Warner Bross y los activistas ecológicos de Earth Island Institute.

La fundación recaudó 20 millones de dólares para liberar a Keiko, y fue hasta 1995 cuando “Reino Aventura” decidió donar a la orca, ya que recibía mil 500 cartas quincenales solicitando la liberación.

En 1996, México despidió a Keiko en medio de un operativo televisivo transmitido en todo el mundo y viajó en avión hasta el Oregon Coast Aquarium, de Newport, en Estados Unidos.

Después de 14 de años de no tener contacto con agua salada marítima, Keiko comenzó a sanar sus heridas de piel y aumentó de peso; en 1997 se decidió regresar a Keiko a su lugar de origen en una zona enrejada.

Finalmente, el 11 de julio de 2002, Keiko recobró su libertad, convirtiéndose en la primer y única orca liberada tras su cautiverio.

Pero como era obvio y gracias a su encierro, el animal tuvo muchos problemas para socializar y conseguir sus alimentos; una orca puede llegar a vivir en libertad 75 años en el caso de las hembras, y 60 en el de los machos.

Keiko tenía 27 años al momento de su muerte el 12 de diciembre de 2003, irónicamente su cuerpo tuvo un funeral terrestre, símbolo final del fracaso de la reintegración de la orca a su hábitat.

Tags

Lo Último


Te recomendamos